El impacto económico del COVID 19 es uno de los primeros temas en la agenda global y nacional, las medidas restrictivas que han adoptado los gobiernos tocan directamente a empresas de todos los sectores. Ya en una entrada pasada de este blog analizamos y desarrollamos las potencialidades que hay para el comercio en medio de esta situación excepcional, ahora es momento de entrar revisar en mayor detalle cuál es el estado real de cada sector económico y la lógica de funcionamiento durante este periodo.
En el trabajo de análisis que hacemos en INFORMA COLOMBIA y con la colaboración de nuestro aliado SECTORIAL hemos examinado la economía nacional, para entender cuáles sectores económicos han tenido comportamientos positivos en medio de la contingencia y qué condiciones que determinan su situación actual y futura.
Cafeteros, el sector más estable
Vale la pena empezar señalando que el único sector que no se ha visto afectado es el cafetero; esta neutralidad ante la situación está determinada por el buen cierre del año 2019 que dejó suficientes ganancias para enfrentar la crisis. Una condición especial de este comportamiento está asociada al alza en el valor del dólar, pues los mismos cafeteros señalan que mientras este no baje de $3500 COP la rentabilidad se mantiene. Aún así el sector no es ajeno a los impactos de la política pública, el cierre de fronteras impone bajas en las exportaciones pero las medidas de confinamiento han llevado a aumentar el consumo interno (en particular en los hogares) lo que compensa el impacto. Todo esto, al punto que la Organización Internacional del Café asegura que habrá correspondencia suficiente entre la producción y la demanda de café a lo largo del año.
Agro e informático, dos sectores con balance positivo
USO
Las mismas políticas restrictivas son en el caso de estos sectores, un incentivo para apropiar nuevas lógicas de negocio que responden a necesidades específicas de la población. De nuevo el cierre de fronteras y el confinamiento son las dos medidas que en particular determinan el cambio en el comportamiento sectorial. De allí, que las siguientes industrias salgan fortalecidas por las nuevas condiciones:
El sector agrícola ha visto un incremento exponencial en la demanda de productos alimenticios, además el cierre de fronteras y aumento en el precio del dólar han mermado la demanda de productos importados, privilegiando la producción nacional para abastecer el mercado interno. La obligatoriedad del confinamiento llevó también a que los ciudadanos buscaran mantener sus hogares aprovisionados, generando un beneficio inmediato para esta industria que solo podría verse afectada en la medida en que insumos de producción que venían del extranjero empiecen a desaparecer del mercado. Una preocupación del gobierno nacional ha sido mantener el suficiente abastecimiento; este punto primordial de su agenda lo ha llevado a centralizar las políticas sectoriales a través del Ministerio de Agricultura, que ha abierto una línea de créditos con bajo interés para compensar las eventualidades del freno de importaciones y garantizar el buen funcionamiento del sector.
La producción de lácteos y la industria panificadora obtienen los mismos beneficios que el sector agrícola, según lo señala Nielsen en un informe recogido por SECTORIAL, la leche larga vida tuvo durante el periodo de aprovisionamiento un aumento en ventas del 12% y los quesos del 9%; los panes empacados aumentaron la demanda en un 18.4% y las galletas un 26%; y se puede proyectar que estas condiciones se mantengan tanto como continúen las políticas de contingencia e inclusive en un posterior periodo de normalización.
En cuanto a la ganadería, el cese de importaciones de los principales mercados ha traído beneficios a los productores internos: países como España, Argentina y Brasil abastecen una parte significativa del mercado colombiano y con el cierre de fronteras tanto en Colombia como en los países de origen han ganado los productores locales. Otro beneficio no previsto para este sector, es que el cierre estricto de las fronteras ha puesto fin, al menos de forma temporal, al contrabando de carne. Ante todo este panorama, los productores han sido diligentes en entrar a llenar los vacíos en el mercado con una producción que garantiza el abastecimiento permanente.
Pasando a otro sector de la economía, y con un aumento de entre 30 y 50% desde que inició la contingencia del COVID-19, el comercio electrónico ha fortalecido su funcionamiento por dos condiciones principales: el gobierno autorizó las entregas a domicilio dentro de las excepciones, lo que les ha permitido seguir funcionando con normalidad e inclusive crecer para poder abastecer la demanda; y en segunda instancia, la preferencia de muchas personas por abastecerse usando el servicio de domicilio en lugar de salir de casa ha garantizado un menor contacto y mejores condiciones de higiene en sus compras.
Otros sectores tecnológicos, además de las plataformas de comercio electrónico, han visto el aumento en su demanda: es el caso del software para teletrabajo o educación virtual, al que han tenido que acudir empresas, universidades y colegios para dar continuidad a sus actividades; sin embargo no existe en realidad una industria local que produzca estas soluciones, por lo que la inversión se ha hecho en línea y dirigida a plataformas como Zoom Video Comunications o Microsoft Teams.
Sector Salud, el protagonista.
Este sector de la economía es el que más ha cobrado visibilidad durante la crisis. Su labor es el eje central en la superación de la misma y de ese mismo modo se ha visto fortalecido. En primera medida, la industria farmacéutica ha enfrentado un aumento superior al 80% en la demanda de medicamentos de venta libre, y de más del 30% en suplementos y vitaminas; ante esta explosión en la demanda el Ministerio de Comercio evalúa la posibilidad de congelar los precios para evitar un alza. Al mismo tiempo que el sector debe enfrentar algunas dificultades por insumos que vinieran desde el extranjero aunque hasta el momento esto no ha representado un golpe significativo.
Pos su parte las Instituciones Prestadoras de Salud (IPS) han sido objeto central en el plan del gobierno nacional para afrontar el COVID-19. Si bien el crecimiento del sector está atado en la capacidad del gobierno para desembolsar los dineros previstos para este fin, lo cierto es que se han previsto fondos públicos que ascienden a los quince billones de pesos, al tiempo que aumenta la ocupación de más profesionales y la mejora en infraestructura para atender a cabalidad la pandemia. Todo este plan económico, para mantener el sistema de salud a pleno funcionamiento, se ha centralizado en el Fondo de Mitigación de Emergencias del cual depende la eficiencia para administrar el dinero y que este se inyecte con eficiencia dentro del sistema de salud.
Para finalizar, cabe resaltar que estos sectores, que han permitido sobreponer parte de la economía del país, han propiciado durante varios gobiernos diferencias en las políticas económicas, pero finalmente ante este tiempo de cambio han demostrado que su nivel de sostenibilidad es fundamental para dar un parte de tranquilidad a la ciudadanía que hoy se encuentra más que nunca en una incertidumbre sobre el futuro.
En INFORMA COLOMBIA estamos atentos a las transformaciones que se vienen desarrollando y gracias a esto hemos querido innovar y aportar a los sectores con una base de analítica enriquecida, que permita que empresarios de diversos sistemas de productividad y análisis del país puedan tener a su disposición información de calidad. Justamente, teniendo en cuenta el impacto del COVID-19 en la economía, con nuestro aliado SECTORIAL, estamos finalizando el diseño de un nuevo producto que estará compuesto por un análisis de impacto de los principales sectores económicos del país como de las estimaciones de crecimiento para el año 2020 y la información de las empresas de cada uno de estos sectores. Por eso, en pocos días estaremos haciendo nuestro lanzamiento para que cada sector pueda guiar las mejores decisiones