No es novedad que una de las mayores preocupaciones de las empresas es la satisfacción de sus clientes, no solo a nivel del producto o servicio que se ofrece, sino también, a nivel de la experiencia que viven con la marca. Dado que la innovación es la base de todo.
Este tipo de actividades son conocidas por ser susceptibles de utilizarse para el Lavado de Activos o la Financiación del Terrorismo (LA/FT). Por eso, se ven en la obligación de desarrollar determinadas actuaciones en materia de prevención.
En Colombia, los fraudes financieros se han convertido en una preocupación creciente tanto para los individuos como para las empresas. La evolución de las tecnologías y la digitalización de los servicios financieros han abierto nuevas puertas para los delincuentes.
Una de las frases célebres del Arte de la Guerra de Sun Tzu dice “conoce a tu enemigo, conócete a ti mismo, y saldrás triunfador en mil batallas”.
Si bien la práctica del lavado de activos se hizo famosa tras el encarcelamiento de Al Scarface Capone, esta práctica se remonta a la época de piratería. Actualmente, el lavado de activos es un delito por el que luchan 17 organizaciones internacionales[1].
Empresas jóvenes y volátiles con no más de 8 años en el mercado que, sin embargo, estimulan la recuperación económica para el país. Este es el panorama de las startups que hacen parte del sector fintech.
Las empresas pueden incurrir en actos ilegales de corrupción o soborno transnacional. Es un hecho que la mayoría de las empresas no están exentas de riesgo.